Se acabó. Después de cuatro agotadores días de fútbol, después de 184 partidos disputados, de 4416 minutos jugados y de 732 goles marcados solamente cuatro equipos han conseguido el gran premio: formar parte de los dieciséis clubes que el último fin de semana del próximo mes de mayo van a disputar la fase final de AF7 2011. De esta manera, al Inter de Milán, Real Madrid, FC Barcelona, Liverpool, RCD Espanyol, Valencia CF, Borussia Dortmund, RC Celta, RC Deportivo; Cerezo Osaka, Sporting de Gijón y Areosa se unen Ural CF, CD Conxo, CD Quirinal y CD Calasanz. Pero no son estos últimos cuatro equipos los únicos que pueden sentirse felices horas después de finalizada la Previa 2011.
Todos los participantes deben sentirse orgullosos de formar parte de esta fiesta aunque las maneras de encarar una competición como la Previa son muy distintas. Hay equipos que vienen a divertirse y llegar hasta donde les alcancen sus fuerzas y hay quienes vienen con el objetivo único de clasificarse, quienes consideran un fracaso prácticamente cualquier cosa que no sea participar en la fase final. Y aunque saben lo difícil que resulta lograr el billete, ya sean por el tiempo que lo han estado buscando sin encontrarlo o por lo que les costó en su momento ganar una previa, no se exigen menos por ello. Pero esta competición es muy exigente, larga y difícil. Te encuentras con equipos con los que compartes liga regular y con otros que son completamente desconocidos. Y cualquier error o duda puede ser fatal. Además hay que tener algo de suerte dado lo difícil del trayecto.
Si hubiese que destacar una única gran conclusión tras estos cuatro días es lo mal que les ha ido a algunos favoritos indiscutibles que a su experiencia en el campeonato y a sus éxitos en el pasado añadían una calidad futbolística incontestable. Si antes de comenzar la competición se cruzasen apuestas sobre los favoritos, pocos prescindirían de clásicos como Pabellón, Montañeros, EFL Calvo Sanz o Santa Mariña. Pues ninguno se clasificó, ninguno pudo refrendar las buenas sensaciones y el buen fútbol acumulados en muchos momentos, en muchos partidos. Otros tuvieron su premio y su éxito convierte esta competición en un evento todavía más impredecible y complejo.
Ural dejó momentos de buen juego a lo largo de los distintos encuentros hasta la final contra Pabellón, pero precisamente en ese momento y quizá por el contraste con los orensanos, parecía faltarles un punto de solidez que daba a los cinco veces ganadores de la previa el status de favoritos. Pero el partido, igualado pero dominado siempre por los coruñeses, demostró que Ural, ganadores de AF7 en 1998 volvía a su torneo con justo merecimiento. Pabellón se queda fuera por segundo año consecutivo pero nadie duda de que pronto volverán. En el mismo turno de la previa, una de las sorpresas más destacadas del torneo permitió avanzar a CD Conxo cuando, contra pronóstico, derrotó a EFL Calvo Sanz. Éstos eran favoritos, habían hecho un gran fútbol en muchos momentos y a su solidez habitual, sumaban buenas individualidades. Pero el CD Conxo supo plantear un partido en el que nada fue fácil para los de Carballo. No dominaban con tanta claridad, la defensa de los santiagueses ahogaba a los favoritos, su contraataque les amenazaba constantemente y cuando encajaron un gol, se vieron incapaces de remontar, impactados por verse de buenas a primeras fuera del campeonato.
La historia de la clasificación del Calasanz es bien distinta. En su grupo dominó con claridad y holgura. Es cierto que había grupos más difíciles, como el entretenidísimo grupo D, con Coruxo, Montañeros y Sálvora jugando a gran nivel, pero ganar cuatro partidos con cero goles encajados y dieciocho marcados no lo puede hacer cualquiera. Así se presentó el las eliminatorias y allí comenzó su sufrimiento agónico. Tres eliminatorias, tres empates y un solo gol marcado hicieron depender todo el buen quehacer previo de la sangre fría en los penaltis. Y desde luego ahí tuvieron más que nadie. La historia del CD Quirinal arranca quizá el año pasado, cuando se volvieron para Asturias rumiando la derrota en el último partido. Habían realizado un buen campeonato pero les faltó rematar su actuación. Y como sucede en las películas, volvieron a su tierra y alistaron un pequeño ejército para intentarlo de nuevo. Quirinal desplazó a Vilagarcía a cuatro equipos. A otros les da pereza bajar seis escaleras. A estos parece que no. Así que una marea de chavales asturianos invadieron el campo para abrazar y casi ahogar a sus compañeros, quienes consiguieron aguantar los nervios de una interminable ronda de penaltis (5-4) contra el, otra vez a priori favorito, Coruxo para celebrar que esta vez el viaje de vuelta a casa iba a ser una fiesta.